La concejalía de
Playas del ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria nos comunica que, dentro de su objetivo
por cuidar y potenciar el buen uso de las playas de la ciudad bajo el eslogan
‘Playa Viva’, distribuirá 300.000
ceniceros para colocar en la arena con la llegada del buen tiempo.
El objetivo
principal de esta iniciativa, que por primera vez no supone coste alguno al
ayuntamiento, es el de disminuir el número de colillas y materiales no
biodegradables y concienciar a los usuarios de que la playa es bien que hay
cuidar y conservar entre todos.
Unos 25
dispensadores de estos ceniceros con forma de cono serán colocados en todos los
accesos a la arena, recargándose cada fin de semana, que es cuando asiste
el mayor número de usuarios a la playa.
El consumo medio de estas unidades, de viernes a domingo, es de unos 1.500
ceniceros.
A este empeño se
han sumado varios promotores privados, como Infecar, Binter Canarias, Jusán
Canarias, el restaurante Bella Lucía y el centro de Talasoterapia Las Canteras,
artífices de la elaboración de los ceniceros, lo que se ha traducido en un
ahorro para la concejalía de cerca de unos 40.000 euros.
Recordar que una
colilla tarda entre dos y tres años en degradarse en la arena y que en contacto
con el agua puede incluso liberar toxinas contaminantes. Además, otro tipo de
deshechos no biodegradables, como chicles o pipas, también son dañinos para las
playas y muy difíciles de retirar, incluso por las máquinas especiales de
limpieza. Por ese motivo también se recomienda el uso de estos ceniceros en
estos casos para, más tarde, depositarlos en cualquier papelera al dejar la
playa.